
En la vida, en especial en las grandes ciudades, generalmente vivimos todo el tiempo acelerados entre el trabajo y nuestros diferentes proyectos y la verdad es que poco tiempo nos queda para reflexionar sobre nuestros avances, pero es necesario hacerlo para conocer nuestro verdadero crecimiento.
De lo contrario, ¿Cómo sabremos si vamos en la dirección correcta?
Por eso creo que debemos dejar de hacer todo de forma tan mecánica y vivir de una manera más reflexiva y consciente para evaluar todo lo que hacemos y todo lo que nos rodea.
Hacer una pausa, muchas veces nos ayuda a eso, a tomar un descanso y dejar de lado todo —por un tiempo— y recuperar energía y concentración para mejorar. Realizar una actividad diferente en muchas ocasiones da buenos resultados.
En mi caso, gracias al minimalismo, he podido concentrar mucha de la atención y el tiempo que desperdiciaba en objetos materiales que no me aportaban nada y, de igual manera, en el aspecto espiritual y mental, he podido reflexionar más sobre mi vida y sobre mí mismo, para así buscar el crecimiento personal.
Ahora aprecio más un paseo por la naturaleza, disfrutando el paisaje, que pasar el tiempo en una tienda viendo ropa.
No es aún un camino recorrido, pero estoy en el trayecto y no he pensado en regresar.
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Ramsés K. Mishima
La Filosofía Minimalista
@lafilosofiaminimalista
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